La primera pregunta que debemos hacernos es “¿es necesaria la pelota?” o, dicho de otra forma, “¿la necesita mi perro para poder divertirse?” La respuesta en ambos casos es rotunda: No.
Entonces… ¿no puedes jugar a pelota con tu perro? Claro que puedes. Pero debemos tener siempre presente la primera pregunta para evitar caer en una obsesión, no solo del perro por la pelota, sino de sus guías con la pelota.
Muchas veces vemos a perros obsesivos con las pelotas, pero de lo que no somos conscientes es de que sus guías también acaban siendo adictos a ellas, no encuentran otra forma de jugar y relacionarse con su perro. Aquí es donde está el fallo.
Es por eso que antes de decidir jugar con nuestros perros a pelota deberíamos tener claras algunas cuestiones:
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La pelota no es necesaria en la vida del perro. Por tanto, no deberíamos jugar todos los días a pelota. No deberíamos depender de la pelota para jugar con nuestro perro.
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Evitar jugar únicamente a tirar y traer la pelota. Es un ejercicio demasiado repetitivo. Cargamos mucho la musculatura y ahí es donde, a parte de poder producir lesiones, estamos creando un perro adicto y obsesivo a la pelota.
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Evitar estar mucho rato seguido jugando con la pelota. Existe la creencia de que, para cansar a un perro, debe hacer mucho ejercicio físico. Mucha gente solo encuentra la forma de ejercitar tirando mil veces la pelota. Podrá estar cansado físicamente, pero no relajado después de jugar a perseguir la pelota. Este tipo de juego provoca excitación y nerviosismo y no hay cansancio mental. Por eso, muchos perros que solo juegan a pelota, llegan a casa y están como una moto. Así que al final parece que no hay nada que “les canse”.
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Es un tipo de juego que crea dependencia. Acaban necesitando la pelota para lograr una sensación de bienestar y no saben hacer otras cosas. Eso conlleva un aumento de los niveles de estrés que no es beneficioso para el perro: no hay relajación, descanso ni desconexión.
Entonces, ¿cómo puedo jugar a pelota con mi perro?
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No juegues todos los días a pelota ni estés mucho rato seguido jugando a eso. La pelota debe ser un juego muy puntual.
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Puedes jugar/entrenar y usar la pelota como recompensa puntual. Pídele alguna habilidad y dale luego la pelota como premio.
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Puedes jugar a buscar la pelota. Si estás solo, puedes lanzarle algunos premios al suelo para que vaya olfateando mientras escondes la pelota. Una vez haya cogido todos los premios, dale la señal de buscar el juguete. Así usará el olfato y es una actividad mucho más relajante que perseguir la pelota mil veces.
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Puedes usar la pelota para que se lance al mar o al río. Pero evita estar todo el rato haciendo eso. Debería ser un incentivo inicial, para que luego se meta a nadar si quiere sin necesidad de la pelota.
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En casa también puede tener pelotas. Al final si le retiramos todas las pelotas, será un objeto más valioso cuando lo vea fuera. Lo que nos interesa es que disponga de ellas para evitar luego ese interés exagerado por el juguete. Pero sí debemos tener en cuenta que no deberíamos tirar la pelota por casa y no jugar a lanzarla si te la trae. En casa son para que disponga de ellas y así no tengan tanto valor, y si quiere jugar solo o mordisquear perfecto, pero no para jugar a tirarla.
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Puedes usar las pelotas como herramienta de estimulación mental. Llena una caja solo con pelotas y mete también algunos premios por ahí. Es una buena forma de usar el olfato buscando premios entre las pelotas.
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Puedes realizar ejercicios de autocontrol con la pelota. Es una forma de estimular su mente y trabajar tanto la gestión de la frustración como el control de impulsos.
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Una vez hayas terminado el juego, guarda la pelota y sigue tu paseo. No hagas caso a las demandas de atención del perro pidiendo más pelota (si pide más pelota de forma exagerada, es que empieza a perder el control con la pelota y deberías revisar el tipo de juego). Puedes señalizar el fin del juego cada vez que guardes la pelota para ponérselo más fácil y que termine entendiendo que, después de esa señal, ya no habrá más pelota.
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Sobre todo, no caigas en el error de tirarle todo lo que te traiga para que se lo tires. A mucha gente le parece muy gracioso que les traiga la pelota y se mantenga ahí esperando, pero no ven que eso es un problema y que afecta al perro a nivel emocional.
Si tu perro ya ha caído en esa obsesión, consulta a un educador que te asesore en cómo trabajar para reducir esa obsesión. No a todos los perros les funciona lo mismo.
Así que ¡disfruta con tu perro! de los paseos, de los juegos de olfato… y evita depender de la pelota para pasar un buen rato con él.
Adriana Rivilla
Educadora Canina